Testimonios de Voluntariado
Fanny Vigo
"Participar como voluntaria en el proyecto Muyuy Tejiendo Tribu fué mágico y sanador. Mágico por sentir realmente el tejido, con la amorosidad del Lago, de la Isla Amantaní, de la familia Mamani, de otr@s voluntari@s, de l@s participantes de la comunidad y la fundadora del proyecto, tod@s conectad@s, remando hacia una sola dirección, creando consciencia y haciendo el mundo un poquito mejor. En el Círculo de mujeres y saberes, abrí mi voz y sentí que sanamos juntas, fue hermoso ver a las participantes compartir sus saberes con tanto entusiasmo y ternura... que guardo esa imagen como un tesorito en mi corazón. ¡¡¡Gracias por tanto!!!."
Fiorella Carrera Jiménez
"Mi nombre es Fiorella Carrera, soy abogada de profesión y voluntaria de vida por elección. Estoy profundamente agradecida con Muyuy Tejiendo Tribu por la oportunidad de ser voluntaria en la Isla Amantaní, porque la semana compartida con la familia y la comunidad me permitió generar aprendizaje valioso para la vida, ya que la convivencia fue enriquecedora y transformadora. La certeza de saber que la educación cambia y mejora vidas y que vivir respetando nuestros saberes, vivencias y talentos, nos potencia y eleva hacia nuestra mejor versión, es el más grande regalo que Muyuy me entregó y tengo la firme intención de seguir colaborando con el proyecto. ¡¡¡Éxitos, familia Muyuy!!!."
Lucy Peláez
"Mi tiempo colaborando con Muyuy Tejiendo Tribu es reconocerme en el todo infinito. En Isla Amantaní todo tiene otra dimensión que escapa de los límites: el lago, su magia, los mil caminos, las sonrisas de los niñ@s, los buenos-días a cada encuentro, el trabajo arduo, su sudor, el sentido de comunidad, el amor...
Y escapa el tiempo. Muyuy me conectó con mi verdadero propósito de servicio. Descubrí que los voluntariados no tienen que ser pasajeros -y aunque estos pueden ser de alto impacto-, sostener el servicio como estilo de vida ha significado para mí formar mi sentido de pertenencia en este mundo. Fue fortalecer el corazón y darme cuenta de que puedo integrar mis sueños personales con mi labor activa en comunidad.
Cada taller o encuentro era una sorpresa de desafiar pre-conceptos que daba por verdades. Tuve el honor de ofrendar mis dones, y me hace muy feliz. Aunque siempre sentí que eran los habitantes de esta isla mágica los que me enseñaban a mí todo."