Testimonios de Voluntariado

 
Testimonios de voluntariado en la isla de Amantaní, Perú - fanny vigo

Fanny Vigo

"Participar como voluntaria en el proyecto Muyuy Tejiendo Tribu fué mágico y sanador. Mágico por sentir realmente el tejido, con la amorosidad del Lago, de la Isla Amantaní, de la familia Mamani, de otr@s voluntari@s, de l@s participantes de la comunidad y la fundadora del proyecto, tod@s conectad@s, remando hacia una sola dirección, creando consciencia y haciendo el mundo un poquito mejor. En el Círculo de mujeres y saberes, abrí mi voz y sentí que sanamos juntas, fue hermoso ver a las participantes compartir sus saberes con tanto entusiasmo y ternura... que guardo esa imagen como un tesorito en mi corazón. ¡¡¡Gracias por tanto!!!."

Testimonios de voluntariado en la isla de Amantaní, Perú - fiorella carrera

Fiorella Carrera Jiménez

"Mi nombre es Fiorella Carrera, soy abogada de profesión y voluntaria de vida por elección. Estoy profundamente agradecida con Muyuy Tejiendo Tribu por la oportunidad de ser voluntaria en la Isla Amantaní, porque la semana compartida con la familia y la comunidad me permitió generar aprendizaje valioso para la vida, ya que la convivencia fue enriquecedora y transformadora. La certeza de saber que la educación cambia y mejora vidas y que vivir respetando nuestros saberes, vivencias y talentos, nos potencia y eleva hacia nuestra mejor versión, es el más grande regalo que Muyuy me entregó y tengo la firme intención de seguir colaborando con el proyecto. ¡¡¡Éxitos, familia Muyuy!!!."

 
 
Testimonios de voluntariado en la isla de Amantaní, Perú - lucy pelaez

Lucy Peláez

"Mi tiempo colaborando con Muyuy Tejiendo Tribu es reconocerme en el todo infinito. En Isla Amantaní todo tiene otra dimensión que escapa de los límites: el lago, su magia, los mil caminos, las sonrisas de los niñ@s, los buenos-días a cada encuentro, el trabajo arduo, su sudor, el sentido de comunidad, el amor...

Y escapa el tiempo. Muyuy me conectó con mi verdadero propósito de servicio. Descubrí que los voluntariados no tienen que ser pasajeros -y aunque estos pueden ser de alto impacto-, sostener el servicio como estilo de vida ha significado para mí formar mi sentido de pertenencia en este mundo. Fue fortalecer el corazón y darme cuenta de que puedo integrar mis sueños personales con mi labor activa en comunidad.

Cada taller o encuentro era una sorpresa de desafiar pre-conceptos que daba por verdades. Tuve el honor de ofrendar mis dones, y me hace muy feliz. Aunque siempre sentí que eran los habitantes de esta isla mágica los que me enseñaban a mí todo."